"...Yo soy el Búho, ¿recuerdas?. Te pertenezco a ti, que eres la Noche"
A nuestra duendecilla le encantan los búhos. Ella dice "affUUÚho" y nos pone una sonrisa en la cara. Siempre los encuentra, siempre los reconoce. Hoy, en su honor os traemos un tutorial para realizar un trabajo muy sencillo, ideal como decoración (seguro que conoces a alguien que colecciona búhos) o como regalo para un bebe mayor de un año (no debe utilizarse la lana cardada ni cualquier otro material que desprenda fibras en objetos que vayan a manipular directamente bebes menores de un año, no hay problema en usarla en móviles u otras decoraciones que queden lejos de sus manos...y su boca). También uno o dos resultan un regalo ideal para personas con problemas de articulaciones, ya que apretarlos ayuda a ejercitar las manos, relaja y es muy agradable.
HERRAMIENTAS Y MATERIALES
-Una aguja de afieltrar, fina o media
-Papel craft
-Tijeras para cortar papel
-Lápiz
-Lápiz textil, jaboncillo o rotulador lavable
-Una bola grande de fieltro del color que más nos guste para nuestro búho, y algo más de lana del mismo color. También podeis usar una bola blanca, y unos 15g de lana de color.
-5g de lana cardada de color gris (u otro color claro que combine con el de nuestra bola)
-Un trocito muy pequeño de lana cardada de cada uno de los siguientes colores: Amarillo, marrón, negro.
(Si queréis un búho "realista" utilizad una bola en marrón o beige claro, pero la forma tan simple de éstos búhos hace que también queden muy vistosos en colores alegres.)
Si estáis utilizando una bola blanca, lo primero que debéis hacer es cubrirla con la lana del color que hayáis elegido hasta que no se vea el blanco. Tomad pequeños vellones rasgando con los dedos, esponjadlos bien, e id solapándolos mientras pinchais con la aguja. (si es vuestra primera incursión en el trabajo con lana cardada, aquí os hablamos de cómo empezar) Continuad hasta que veáis la superficie de la bola de un color homogéneo, sin nudos ni transparencias.
Lo primero, poned la bola sobre la superficie de la mesa, y observad en qué posición tiende a quedarse. Las bolas hechas con esta técnica no quedan nunca totalmente esféricas, y suelen tener un lado más plano que se acomoda mejor sobre la superficie de la mesa. Si la respetáis será más sencillo que el búho quede derecho. También podeis "calzar" el búho pinchando repetidamente en el área que vaya a quedar en contacto con la superficie de la mesa, y ayudaros con pequeños trozos de lana del mismo color para los bordes. Si el búho va a ser un juguete o una bola terapeútica no abuseis de estos añadidos.
Ahora vamos a hacer la cara. Para que sea más fácil podeis trazar su contorno con el rotulador lavable. Hacedla en forma de óvalo o de corazón. Comenzad a rellenarla con la lana gris, primero la zona central y luego los bordes, que deben quedar bien definidos. Ayudáos de la punta de la aguja para levantar las fibras grises que se hayan extendido encima del color, y volvedlas a afieltrar en la zona gris.
Una vez estéis satisfechos con el aspecto de la cara, poned dos alfileres para marcar la posición de los ojos. Podeis hacer ojos amarillos con pupilas negras para un aspecto más de búho, o negros con una bolíta minúscula de blanco (reflejo) para un aspecto más de lechuza. Aquí os enseñamos la secuencia para hacerlos.
Una pupila grande nos da un aspecto más tierno e infantil, una pupila pequeña, un aspecto más loco y despistado.
El pico se hace con un trozo pequeño de lana marrón, que se hace rodar entre los dedos hasta parecer un gusanito, y se afieltra entre los ojos, algo más abajo.
Si os apetece podeis hacer algunos detalles más...Unas patas sencillas, de la misma manera que el pico, con dos "dedos" en un pie, y dos dedos en el otro (ojo! no pongais tres. Los búhos son zigodáctilos, lo que quiere decir que tienen dos dedos dirigidos hacia delante, y dos hacia atrás), alguna pluma...
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