Este otoño también tuvimos un encargo muy especial: un muñeco para un niño pequeño. Queríamos que el muñeco se pareciera a su destinatario, así que les pedimos fotos y copiamos su ropa, sus rizos, su color de ojos y de pelo...
Pero desde luego, lo que no queríamos de ninguna manera es que tuviera que quedarse en una estantería para no romperse: La premisa principal es que fuera para jugar, y que aguantara juegos tiernos y juegos brutos. Le pusimos un montón de detalles, porque nos gusta mucho especialmente en esta etapa, en la que descubren su cuerpo, que los muñecos también tengan ombligo, pezones, genitales...
Le cosimos zapatos y calcetines, otra vez, porque al llevarlo de un lado a otro, si no lo hacemos se perderían enseguida.
Y le hicimos ropa en forro polar, que es muy manejable para que los niños puedan enseguida vestir y desvestir a los muñecos. Los cierres son de snap, que aguanta los lavados mejor que el velcro.
El muñeco está hecho en tela de algodón elastico, con relleno de lana 100%. La cabeza tiene doble costura para aumentar la seguridad del juguete. Los rasgos están afieltrados en la cara. El pelo está hecho en lana de mohair, una capa para cubrir y otra para los rizos.
Antes de salir de viaje, se hizo amigo del osito...
...y se vino al parque a jugar. Aquí está columpiándose con ayuda de la duendecilla. ¡Buen viaje, Mini-Bicho!
Y...parece que al Bicho real le gustó...¡Qué alegría!
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